17/3/2017
Tecnología contra el insomnioLos expertos siempre recomiendan a las personas dormir entre siete u ocho horas diarias, pues, esto permite descansar de manera correcta. Y aunque la media diaria es de siete horas y media, existe un rango que oscila entre cuatro, clasificándose como “poco dormidores”, a diez horas, clasificándose como “grandes dormidores”, pero estos valores se encuentran dentro de la normalidad. Sin embargo, hay personas que sufren de falta de sueño o insomnio, lo que puede afectar de manera negativa sus vidas, y esto afecta la salud y calidad de vida de más del 40% de la población mundial. Lo que lo convierte en el trastorno de sueño más frecuente en la población general. Pues de acuerdo con los expertos el insomnio es un trastorno que consiste en la incapacidad para conciliar el sueño o permanecer dormido, en otras palabras, consiste en una reducción de la capacidad para dormir. Esto puede ser ocasionado por causas médicas como enfermedades metabólicas y hormonales, neurológicas, reumatológicas, digestivas, cardiovasculares, enfermedades psiquiátricas, entre otras enfermedades del sueño; y por causas externas, como factores ambientales, uso y abuso de sustancias y medicamentos, trabajos por turnos o viajes frecuentes, entre otros. Se debe destacar que este puede manifestarse de diferentes maneras, por lo que existen distintos tipos de insomnio, el insomnio de inicio, que consiste en los problemas para iniciar el sueño en menos de 30 minutos; y el insomnio de mantenimiento, que consiste en problemas para mantener el sueño, produciéndose despertares nocturnos de más de 30 minutos de duración, o despertando definitivamente de manera precoz consiguiendo un tiempo total de sueño escaso. Y de acuerdo con el tiempo de evolución, el insomnio puede ser temporal (sólo unos días o semanas), o crónico (meses o años). Es por ello que se han creado diversas apps y dispositivos tecnológicos para controlar y conciliar el sueño, como esferas parlantes que velan el sueño, tecnología incorporada en los colchones y en la ropa de cama, así como bandas que se colocan en las muñecas para medir patrones de sueño. Por: Natalia Zambrano Boulanger
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